Fernando de la Mora no solo cantó, conquistó. El tenor mexicano volvió a probar por qué es una de las voces más respetadas del mundo al encender el Foro de las Estrellas Mazda en el quinto concierto de la Feria Nacional de San Marcos con un espectáculo que fue un verdadero banquete musical.
La velada arrancó con una joya de la música napolitana: Funiculì, Funiculà, aquella emblemática pieza de 1880 compuesta por Luigi Denza y Giuseppe Turco, que de inmediato transportó al público a otro tiempo y lugar. Pero eso fue solo el inicio. A lo largo del concierto, De la Mora se atrevió a mezclar ópera clásica con música tradicional mexicana, llevando de la mano al público por un viaje sonoro que fue tan exquisito como emocionante.
El tenor, impecable en presencia y voz, no solo interpretó, sino que reinterpretó. Tomó letras que originalmente pertenecían a distintos géneros y las transformó en piezas únicas, selladas con su estilo elegante y profundamente emotivo. El resultado: ovaciones interminables de un público que no distinguía edades, pero sí calidad artística.
Fernando de la Mora no solo ofreció un concierto; ofreció una experiencia, una declaración artística que demostró que la música clásica y la popular no están peleadas, sino que, en las manos correctas, pueden bailar juntas. Y anoche, bailaron con fuerza.


