La actriz rompe el silencio sobre lo que vivió en La Casa de los Famosos y lanza duras acusaciones: “No me hagan hablar más de la cuenta…”
Gaby Spanic está harta… y lo dejó muy claro. En una reciente aparición ante medios, la actriz venezolana no solo desmintió las acusaciones en su contra por parte de su exrepresentante, sino que aprovechó para hacer fuertes revelaciones sobre el comportamiento de Pablo Montero, a quien señaló directamente por acoso dentro del reality La Casa de los Famosos.
Según su testimonio, durante su estancia en el programa, Montero intentó besarla sin su consentimiento y tuvo conductas físicas inapropiadas que la afectaron emocionalmente. “Me tocó, intentó besarme. Tuve una crisis emocional muy fuerte ahí dentro”, declaró Spanic visiblemente incómoda por recordar el episodio.
Pero lo más grave, según ella, vino después: la producción del reality, en lugar de actuar, habría protegido al cantante y hasta lo favoreció en la edición. “Lo editaron a su favor, tenía un padrinito ahí adentro…”, soltó sin dar nombres, pero dejando entrever que Montero estaría blindado por figuras poderosas dentro del medio.
Estas declaraciones toman más peso al considerar que no es la primera vez que Pablo Montero es señalado por comportamientos inapropiados. Spanic respaldó a Elda María, quien recientemente denunció al cantante por agresión tras negarse a participar en un trío. “Cuando tantas piedras suenan en el río, es porque algo hay”, dijo la actriz, llamando a no ignorar ni minimizar los testimonios de las mujeres que han alzado la voz.
Y aunque negó las acusaciones legales en su contra en Brasil —las calificó como “mentira” y parte de un intento por sacarle dinero—, el tema que más tensión generó fue el miedo que hoy siente por hablar de Montero. “Quiero seguir viva y trabajando… no me hagan hablar más de la cuenta”, sentenció con tono serio, encendiendo las alertas sobre lo que podría estar detrás del silencio de muchas víctimas.
Gaby Spanic no solo pidió que más mujeres se unan y denuncien, también dejó claro que, aunque teme por su seguridad y la de su hijo, no está dispuesta a quedarse callada si eso significa ser cómplice del abuso.
