¡Bombazo en la casa más famosa de la televisión! Lupillo Rivera dejó a todos boquiabiertos tras abandonar inesperadamente “La Casa de los Famosos All-Stars” por decisión propia, desatando una ola de especulaciones y preocupación entre sus fans.
El “Toro del Corrido” puso fin a su participación tras 86 intensos días de encierro, enfrentamientos, estrategias y emociones a flor de piel. Pero no fue una estrategia ni una eliminación lo que lo sacó del juego, sino una delicada condición médica que, según sus propias palabras, lo obligó a priorizar su salud.
“Por una situación médica crítica, no puedo continuar aquí. Me la he pasado bien, me la he pasado mal, pero los voy a extrañar mucho”, dijo visiblemente conmovido al despedirse de sus compañeros entre lágrimas, en una escena que dejó a todos con el corazón encogido.
Tras su salida, Lupillo apareció en una gala especial del reality donde reveló parte del peso emocional que ha cargado durante el encierro. “A las dos semanas falleció un gran amigo mío, de más de 40 años. Di mi palabra de quedarme, no me iba a salir… pero mi cuerpo ya no pudo más”, confesó, dejando claro que su salida no fue por capricho, sino por necesidad.
El cantante también aprovechó para aclarar que, pese a su decisión, sigue siendo un profesional que siempre ha respetado su trabajo: “He tenido que cantar mientras mi papá velaba a mi abuela. Nunca he dejado un compromiso tirado, por eso esto me duele tanto”.
Pero lo más alarmante vino desde fuera de la casa: su hija, Lupita Rivera, rompió el silencio en redes sociales y pidió oraciones por la salud de su padre. “Esta noticia no es fácil para nadie, pero como familia entendemos que la salud va primero. Hoy más que nunca, priorizamos el bienestar de mi papá”, escribió.
Hasta el momento, no se han dado detalles concretos sobre el diagnóstico del cantante, pero el misterio en torno a su estado de salud ha generado una fuerte preocupación entre sus seguidores.
¿Volverá Lupillo pronto a los escenarios? ¿Qué tan grave es su condición? Por ahora, solo queda esperar… y rezar.

