Redacción
EEUU.- Por haberle pedido desde el púlpito misericordia con los niños, los inmigrantes y la comunidad LGTBIQ, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, exigió que la obispa que ofició una ceremonia religiosa por su investidura presidencial le pida disculpas al “público” asistente.
Se debe precisar que el presidente asistió el martes a una misa en la Catedral Nacional de Washington dirigida por la obispa Mariann Edgar Budde, de la Diócesis Episcopal de Washington, en donde durante el discurso de la religiosa sermoneó al nuevo dirigente por los decretos firmados contra las personas LGBTIQ y los migrantes después de asumir el lunes su segundo mandato presidencial.
Y es que en su intervención la obispa dijo: “Le pido que tenga piedad, señor presidente”, que habló del “miedo” que, según ella, se siente en todo el país.
Posterior a ello y en un mensaje colgado en su red Truth Social, Trump arremetió contra la obispa episcopaliana, a la que acusó de ser una anti-trumpista radical, vale recordar que el presidente estadounidense regresó a la Casa Blanca el lunes 20 de enero, cuatro años después de finalizar su primer mandato, y ese mismo día firmó una serie de decretos entre los cuales está la orden para iniciar deportaciones masivas de inmigrantes irregulares. Además, decretó que solo se reconocerán dos sexos: el masculino y el femenino, pero no a las personas transgénero.
Se debe referir que las cámaras registraron la cara de desagrado que puso el presidente al escuchar a la oficiante de la ceremonia de oración. Trump, que previamente se limitó a decir que el oficio “no fue demasiado emocionante”, y cargó duramente contra la obispa en su red social.
Y en su plataforma Truth Social, Trump también escribió: “La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical de izquierda que odiaba a Trump”, posterior a ello añadió: “Tenía un tono desagradable y no era convincente ni inteligente”, a lo que agregó: “Además de sus comentarios inapropiados, el sermón fue muy aburrido y muy poco inspirador. ¡No es muy buena en su trabajo! ¡Ella y su iglesia le deben una disculpa al público!”.
Y es que la obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde pidió a Trump y al vicepresidente JD Vance tener “misericordia” con “los gays, lesbianas y niños transgénero”, así como por los que “recogen nuestras cosechas y limpian nuestras oficinas; los que lavan nuestros platos en un restaurante o los que hacen los turnos de noche en los hospitales”.
“Puede que no sean ciudadanos o que no tengan la documentación apropiada, pero la gran mayoría de los inmigrantes no son criminales”, subrayó Budde; debe señalarse que este tipo de servicio es una tradición desde 1993, cuando el nuevo presidente asiste a una ceremonia de oración la mañana siguiente a su toma de posesión, siendo la Iglesia Episcopal es parte de la comunidad de la Iglesia Anglicana.
*Con información de Deutsche Welle.