Luis Gerardo Méndez no solo protagoniza la nueva serie Mentiras de Prime Video, también se convirtió, sin quererlo, en el epicentro de una polémica que hizo crujir la historia del musical en México. Durante una entrevista con Los 40, el actor lanzó una frase que no tardó en incendiar X (antes Twitter):
“No hay referencias de cine musical o televisión musical en México, no existe… tuvimos que inventar eso nosotros.”
¿Perdón? ¿Inventarlo?
El comentario cayó como bomba entre críticos, actores y usuarios nostálgicos del cine de oro, quienes no tardaron en recordarle que mucho antes de Mentiras, México ya cantaba y bailaba en la pantalla. Desde las cintas de Jorge Negrete y Pedro Infante, hasta telenovelas como Rebelde, proyectos como Hoy no me puedo levantar, películas como Casi Divas o Perfume de violetas con números musicales, el país tiene una trayectoria larga —aunque desigual— en el género.
Pero según Méndez, eso no existe.
El “descubrimiento” de Luis Gerardo
El actor, director y productor defendió la originalidad de su más reciente proyecto al afirmar que Mentiras, la serie representó un reto porque no había antecedentes:
“Queríamos que se cantara en vivo y se viera como algo que no se había hecho nunca en México.”
Y sí, la producción tiene una estética colorida, digna de comparaciones con Wes Anderson, y un elenco estelar encabezado por Belinda, Regina Blandón, Diana Bovio, Mariana Treviño y el propio Méndez. La historia, basada en el exitoso musical teatral que lleva más de 15 años en cartelera, gira en torno a cuatro mujeres que descubren, en el velorio del mismo hombre, que todas fueron sus amantes. Humor negro, drama, canciones en vivo… y ahora, controversia gratuita.
Las redes no lo perdonaron
La respuesta en redes fue inmediata y lapidaria. Algunos usuarios lo bautizaron como el Cristóbal Colón del musical mexicano. Otros ironizaron:
“Qué suerte que llegó Luis Gerardo a decirnos que los musicales no existían antes de él.”
Incluso actores y actrices con experiencia en el teatro musical se sumaron al descontento, destacando que sus trayectorias fueron invisibilizadas por una declaración que, en el mejor de los casos, fue torpe; en el peor, arrogante.
¿Torpeza o estrategia?
Algunos se preguntan si la frase fue una metida de pata, una estrategia publicitaria o simplemente el ego hablando. Lo cierto es que la polémica le dio visibilidad al proyecto, pero también manchó la conversación con un dejo de desprecio hacia la memoria colectiva del entretenimiento mexicano.
Porque si algo sí existe en México, desde hace décadas, es el musical… y la memoria de un público que no perdona que le quieran vender gato por liebre, o en este caso, una “inocente” reinvención como si fuera una primera vez.
Así que, por si hacía falta decirlo: no, Luis Gerardo Méndez no inventó el musical en México. Pero al menos, logró que todos habláramos de él.
