Alejandra Guzmán está atravesando uno de los capítulos más delicados de su vida personal y profesional. Después de una cirugía que la obligó a cancelar todos sus conciertos de 2025, la cantante confirmó que, además de recuperarse de la intervención, recibió un diagnóstico que nadie esperaba: padece una enfermedad incurable.
En una breve entrevista para un matutino, “La Reina del Rock” apareció con férula en mano y muñeca, explicando que los médicos le habían extraído líquido sinovial. Pero la verdadera bomba llegó después: “soy hipertensa”, declaró con una serenidad que contrastaba con la magnitud del anuncio.
La hipertensión arterial es una condición crónica que no tiene cura y que obliga a quien la padece a mantener un control médico constante. Según datos del IMSS, millones de personas en México la tienen… y muchas ni siquiera lo saben, ya que en la mayoría de los casos no presenta síntomas evidentes.
La enfermedad ocurre cuando la presión con la que el corazón envía la sangre a las arterias se mantiene elevada, lo que puede provocar complicaciones graves si no se atiende. Aunque no se cura, sí puede controlarse con medicamentos, dieta balanceada y cambios en el estilo de vida.
Mareos, dolor de cabeza, visión borrosa o incluso dolor en el pecho son algunos de los síntomas que pueden aparecer. Pero si algo ha demostrado Alejandra Guzmán en más de tres décadas de carrera, es que sabe enfrentarse a las tormentas… y salir cantando.
