Frida Fonseca Quezada
Aguascalientes, Ags.– A fin de combatir la creciente ola de riñas y actos vandálicos en comunidades identificadas como “puntos rojos”, el Secretario de Seguridad Pública Municipal, Gonzalo Pérez Zúñiga, lanzó un llamado urgente a los padres de familia para que asuman su responsabilidad en la supervisión de sus hijos.
En encuentro con los medios de comunicación este miércoles, el mando policial señaló que la policía ha tenido que intervenir en incidentes cada vez más violentos, como el ocurrido en Norias de Ojocaliente, donde menores de edad, acompañados de adultos, algunos de ellos sus propios padres, participaron en una riña que escaló a tal punto que se usaron armas de fuego y se causaron daños considerables a una patrulla.
Refirió que este tipo de enfrentamientos no solo ponen en riesgo a los ciudadanos, sino que también dejan a los oficiales con lesiones, desde golpes y hematomas hasta fracturas que requieren incapacidad.
Aunado a ello Pérez Zúñiga comentó que la policía mantiene una vigilancia especial en varias comunidades con alta incidencia de violencia juvenil, entre ellas, destacó varios barrios de Calvillito, como Los Valdés, el de la Escuelita, y de Guanajuato, así como las comunidades de Norias de Ojocaliente y Norias de Paso Hondo.
En estas áreas, informó, los operativos se han enfocado en atender no solo las riñas, sino también la portación de armas blancas, el consumo de drogas y alcohol entre menores, y el uso de motocicletas con escapes ruidosos.
Y a decir del secretario, estas acciones, que a menudo son solicitadas por la misma sociedad, provocan la molestia de los jóvenes, que reaccionan agrediendo a los oficiales.
Por cierto que el Secretario Pérez Zúñiga fue categórico al afirmar que la solución al problema no recae únicamente en la seguridad pública; y subrayó: “No somos guardería para cuidar niños”, sentenció, dirigiéndose directamente a los padres.
Reiteró que es fundamental que los padres sepan dónde están sus hijos, con quién se juntan y qué están haciendo, pues la falta de cuidado es la causa principal de que los menores se involucren en actividades delictivas; y la responsabilidad de la seguridad de la comunidad, en este sentido, debe comenzar desde el hogar.
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