Jeff Bezos y Lauren Sánchez aterrizaron en la Ciudad de México y no vinieron precisamente a trabajar en la bodega de Amazon. Todavía en pleno romance post-boda, la pareja decidió recorrer algunos de los rincones más exclusivos y trendy de la capital, dejando claro que su “turismo de élite” es otro nivel.
Su primera parada fue el Handshake Speakeasy, el bar número uno del mundo según la lista 50 Best. Ahí, entre martinis diminutos y negronis con mezcal, los recién casados disfrutaron de una noche relajada, custodiados —como siempre— por un ejército de seguridad que parecía más discreto de lo que uno imaginaría. Clientes y staff no tardaron en reconocer al “dueño de Amazon”, aunque el multimillonario prefirió mantener bajo perfil mientras se echaba un par de tragos.
Al día siguiente, los Bezos cambiaron los cocteles por cultura y se dejaron ver en el Museo Frida Kahlo en Coyoacán. Con acceso VIP y un recorrido exprés, caminaron por la icónica Casa Azul como dos turistas más, aunque la seguridad y el outfit chic de Lauren —vestido halter blanco con transparencias y aretes dorados XL— le dieron el toque de alfombra roja al paseo. Jeff, fiel a su estilo, apareció en jeans y polo negro, simple pero efectivo.
La jornada cerró con broche de oro en Ticuchi, el íntimo restaurante del chef Enrique Olvera en Polanco. Entre mezcales, velas y una atmósfera que parece sacada de una película, Jeff y Lauren cenaron en plan romántico. Él en bomber jacket, ella en vestido vaporoso con chaqueta de mezclilla; ambos cómodos, pero listos para saborear lo mejor de la gastronomía mexicana.
Con esta escapada, los Bezos se suman a la lista de celebridades internacionales que han caído rendidas ante la CDMX, demostrando que entre Frida, cocteles de autor y cenas exclusivas, la capital mexicana se consolida como uno de los destinos favoritos de los más ricos y famosos del planeta.
