Lo que pintaba para ser un negocio redondo terminó convertido en un golpe devastador para Edwin Luna. El líder de La Trakalosa de Monterrey reveló que fue víctima de un fraude inmobiliario en Quintana Roo, donde invirtió gran parte de su patrimonio con la esperanza de asegurar el futuro de su familia.
El proyecto, impulsado por la desarrolladora Wellmedic, prometía levantar un complejo de turismo médico en la Riviera Maya con clínicas especializadas, quirófanos de última generación y hasta un hotel boutique. Sin embargo, desde 2020 las obras quedaron congeladas, dejando a Luna —y a decenas de inversionistas más— con contratos en la mano y nada en el terreno.
Para agravar el engaño, la empresa dejó de cubrir las rentas mensuales que había prometido a sus socios, detonando lo que ya se perfila como un fraude masivo. “Invertí pensando en el futuro de mis hijos… y me arrebataron todo”, lamentó el cantante en un video donde expresó su enojo y tristeza.
El caso de Luna destapa una herida que crece en México: la ola de fraudes en desarrollos inmobiliarios en preventa. Desde Monterrey hasta Cancún, proyectos que ofrecían lujo y plusvalía han quedado como esqueletos de concreto, dejando a cientos de familias en la ruina.
En Nuevo León, por ejemplo, nombres como Torre Akira, Tres Puertas y Torre Novus se han convertido en sinónimo de desconfianza, con construcciones inconclusas y promesas que nunca se cumplieron. Y mientras la impunidad reina en el sector, las historias como la de Edwin Luna se multiplican, recordando que en el paraíso también existen tiburones.
