Guadalajara vivió una noche histórica. Con 20 mil asistentes, luces deslumbrantes y un Adam Levine más meloso que nunca, Maroon 5 inauguró la Arena Guadalajara en un concierto que marcó el inicio de un nuevo templo musical en la Perla Tapatía.
El vocalista no tardó en conectar con el público. Bastaron frases como “¿qué pasó?” y “hola Guadalajara” para que la audiencia cayera rendida. Entre sonrisas y euforia, Levine repitió una y otra vez su amor por los fans: “los amo tanto, gracias por acompañarnos”.
Durante dos horas, la banda estadounidense convirtió el recinto en un karaoke masivo. Temas como One More Night, Memories y Moves Like Jagger retumbaron entre gritos y celulares en alto, hasta llegar al clímax con Sugar, el himno elegido para cerrar la velada.
Entre ovaciones y críticas
Los asistentes salieron encantados con la acústica y la producción del recinto, pero también hubo observaciones. Andrés, productor audiovisual, aplaudió el sonido y las luces, aunque sugirió modernizar el sistema de boletaje para evitar problemas de conexión.
Otros, como Josael, señalaron fallas de accesibilidad: “no hay rampas en el estacionamiento para personas con discapacidad, me tuvieron que cargar entre mi hermano, mi papá y un policía… con silla de ruedas habría sido imposible”, lamentó.
Una inauguración de lujo (con presencia política)
El estreno no solo estuvo marcado por la música, también por la política. El gobernador Pablo Lemus y la alcaldesa Verónica Delgadillo acudieron al evento, destacando la Arena como un motor para el entretenimiento y la economía de la ciudad.
Al final, Maroon 5 y Adam Levine cumplieron con creces: Guadalajara vivió un show de primer nivel, aunque el flamante recinto ya recibió su primera lista de pendientes.
