El fenómeno cultural del momento no vino de un nuevo disco ni de una gira mundial, sino del sketch más inesperado del año. Bad Bunny hizo historia al convertirse en Quico durante su paso por Saturday Night Live, y el homenaje cruzó fronteras hasta llegar a los ojos más críticos y nostálgicos: los de Florinda Meza.
La viuda de Roberto Gómez Bolaños no solo vio la parodia, sino que la celebró con entusiasmo. Desde su cuenta oficial de Instagram, Meza compartió un mensaje que conmovió a los fans:

“Me encanta que le hagan homenaje al legado de Roberto. Me gustaron todos, pero la interpretación de Bad Bunny fue magistral. Hay mucho cariño ahí y se nota”, escribió la actriz, refiriéndose al reggaetonero como “Benito Antonio Martínez Ocasio”.
Florinda destacó la precisión con la que el programa estadounidense recreó la famosa vecindad, incluyendo a personajes entrañables como Doña Florinda, el Profesor Jirafales y Quico, interpretado por el propio Benito. “Yo le agradezco este homenaje a Saturday Night Live, pero sobre todo, a Bad Bunny”, agregó.
Entre risas y nostalgia, Meza también confesó que uno de los momentos que más le tocó el corazón fue volver a ver en pantalla el eterno coqueteo con el Profesor Jirafales. “¡Ay! Solo fue un sueño, porque Bad Bunny lo detuvo a tiempo. Seguimos con esa ilusión por siempre”, escribió, cerrando su mensaje con su clásico “¿verdad, tesoro?”.

Eso sí, la actriz aprovechó para lanzar una advertencia: aclaró que cualquier publicación en su cuenta de X (Twitter) sobre el tema es falsa. “No he publicado nada desde el 4 de junio. Cualquier mensaje que me atribuyan es mentira”, advirtió.
Por su parte, Bad Bunny no ha reaccionado a los elogios, pero Internet ya lo coronó como el reggaetonero más chavo del ocho del momento. “Benito de Quico es otra cosa”, “Me encantó”, y “fue tan icónico, gracias” fueron algunos de los comentarios que inundaron las redes.
Lo que empezó como un sketch de comedia terminó siendo un homenaje intergeneracional al universo de Chespirito, demostrando que, aunque pasen los años y cambie el ritmo… la vecindad sigue más viva (y perreando) que nunca.

