Obispo de Aguascalientes criticó gasto en “espectáculos” por el 450 aniversario de la ciudad

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Frida Fonseca Quezada
Aguascalientes, Ags.- Fuerte crítica lanzó el Obispo de Aguascalientes, Juan Espinoza Jiménez, en el marco de las celebraciones por el 450 aniversario de la fundación de la ciudad por la priorización de gastos en “espectáculos”, apuntando que esos recursos deberían destinarse a educación, salud y seguridad, especialmente en la zona oriente de la capital
Ello durante su homilía dominical en la Catedral, en que el líder religioso aprovechó el ruido de los festejos que se filtraba al recinto para señalar una aparente contradicción en la tolerancia al ruido por parte de las autoridades y la sociedad.
Recordando que: “Hace poquito, alguien demandó al padre del Encino porque el sonido de las campanas molestaba a su oído… y se tuvo que prohibir el toque de las campanas”, comentando en seguida: “Y vean ahorita este sonido cómo retumba en los oídos, aquí no hay ningún problema”.
S bien celebró la historia de la ciudad, a la que calificó como “educada, limpia y donde hay orden”, el prelado advirtió sobre “infiltraciones y tendencias” que, en años recientes, “van deformando en ciertos aspectos la vida de la ciudad”.
Refiriéndose directamente la inseguridad que dijo: “En los últimos meses hemos visto cómo se infiltra la violencia”; de ahí que, el Obispo Espinoza Jiménez lanzó un llamado a reorientar las prioridades del gasto público, en un claro mensaje sobre el manejo de los recursos para los festejos.
Y acotó: ”Creo yo que muchos recursos que se desperdician en espectáculos podrían ocuparse para estas cosas necesarias: la educación, la seguridad, la salud, el orden, la limpieza”.
Específico en sus peticiones, solicitó orar para que la ciudad sea un lugar donde “sí se atienda a los enfermos, donde haya insumos para la gente más necesitada”; y enfocó su principal demanda en la zona oriente de Aguascalientes, al ser una de las de mayor crecimiento y densidad poblacional, resaltando: “Ojalá que en el oriente haya más instituciones educativas, haya más centros de salud efectivos, haya más seguridad”.
Finalmente, y aunque reconoció a Aguascalientes como una “ciudad muy bonita” con raíces “cristianas” y de “gente muy trabajadora”, el Arzobispo concluyó con una advertencia: “No dejemos que vaya cambiando su rostro. Que siga siendo una ciudad acogedora, una ciudad creyente”.