Guillermo del Toro convierte la CDMX en una alfombra de amor: abrazos, firmas y locura total por “Frankenstein”

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Guillermo del Toro volvió a demostrar que no solo es un maestro del cine, sino también del cariño. Su llegada a la Ciudad de México desató una auténtica fiebre de admiración, y no precisamente por el miedo que inspira su nuevo monstruo, sino por el amor que genera entre sus fans.

Desde muy temprano, cientos de admiradores se arremolinaron en las calles del Centro Histórico, ansiosos por verlo desfilar rumbo al Colegio de San Ildefonso, donde presentó su esperada película Frankenstein. Las filas daban vuelta a la cuadra, con gente sosteniendo carteles, figuras coleccionables y hasta criaturas inspiradas en sus películas, todo con tal de obtener un saludo del tapatío más querido de Hollywood.

Cuando Del Toro apareció, el caos se transformó en euforia. Aplausos, gritos y celulares en alto marcaron su entrada triunfal. Pero lejos de ser una estrella distante, el director se tomó su tiempo para convivir con sus seguidores: firmó autógrafos, se tomó selfies y repartió abrazos como si fueran boletos al cine.

El momento se volvió aún más especial con la presencia de los protagonistas de la cinta, Oscar Isaac y Jacob Elordi, quienes también fueron recibidos con entusiasmo. Elordi, fiel al espíritu del evento, se acercó a las vallas para saludar y posar con sus fans, ganándose una lluvia de gritos y corazones.

Entre monstruos, aplausos y abrazos, Guillermo del Toro volvió a recordarle al mundo que no necesita efectos especiales para conmover: basta con su calidez y un toque de magia mexicana.