Cardi B volvió a romper el internet, pero esta vez no por un escándalo ni por un hit, sino por transformar un pedazo del cordón umbilical de su recién nacido en una joya bañada en oro. Sí: oro. maternidad versión high-end.
La rapera presentó a su cuarto hijo hace unas semanas con una sesión de fotos desde el hospital, donde aparece abrazando al pequeño, envuelto en un conjunto azul y usando un gorrito de los New England Patriots, detalle que muchos interpretaron como un guiño al papá del bebé, el jugador de la NFL Stefon Diggs. Pero lo verdaderamente viral llegó después.
Según reveló la empresa Mommy Made Encapsulation, Cardi pidió que parte del cordón umbilical del bebé fuera deshidratado, moldeado en forma de corazón y sumergido en cromo dorado para convertirlo en un recuerdo eterno. La compañía mostró paso a paso el proceso en video, explicando que se trata de preservar “la primera conexión entre madre e hijo”. Internet, por supuesto, no sabía si aplaudir, llorar o pedir uno.
Este tipo de “souvenirs de nacimiento” se ha convertido en tendencia entre madres que buscan recuerdos alternativos: desde impresiones artísticas de la placenta hasta encapsulados premium. En el caso de Cardi B, además de la joya, también mandó hacer un “placenta print”, porque si algo sabe ella es que nada se desperdicia… ni emocional ni estéticamente.
Mientras el costo del cordón dorado sigue siendo un misterio, la encapsulación de placenta ronda los 500 dólares. Una ganga si lo comparamos con lo que cuesta cualquier “accesorio” en el clóset de Cardi.
Con este gesto, la intérprete de “Bodak Yellow”, una de las voces femeninas más influyentes del género urbano, demuestra que hasta la maternidad puede tener brillo, lujo y una buena dosis de extravagancia cuando se trata de ella.
