El reciente concierto de Alejandro Fernández en el Palenque de la Feria Ganadera de Querétaro desató un huracán de opiniones luego de que un video viral mostrara al cantante con gestos lentos, llevándose la mano a la boca y visiblemente incómodo sobre el escenario. Para muchos, las imágenes eran “la prueba” de que había salido a cantar pasado de copas; para otros, un simple mal momento.
Como siempre, las redes hicieron lo suyo: especular, juzgar y armar el circo digital.
La versión que cambia todo… o no
En medio del alboroto mediático, Alex Fernández decidió tomar el micrófono (y las redes) para defender a su padre. Su explicación sorprendió tanto como dividió opiniones.
Según el hijo del intérprete, lo ocurrido no fue una borrachera, sino un episodio de reflujo gastroesofágico, un padecimiento que —asegura— su padre sufre desde hace tiempo y que se intensifica con ciertos alimentos y bebidas. Y sí, mencionó que el alcohol y el té de jengibre pueden empeorarlo… detalle que no ayudó precisamente a apagar el fuego.
“No lo vi en mal estado”, afirmó con firmeza, destacando que Alejandro terminó el concierto sin contratiempos y con momentos de plena lucidez que, curiosamente, no se viralizaron.
El clip que partió al público en dos
El famoso video, de apenas unos segundos, fue suficiente para abrir un debate nacional. Mientras algunos asistentes insistieron en que El Potrillo no estaba en su mejor noche, otros señalaron que una grabación recortada jamás cuenta la historia completa.
Medios de espectáculos retomaron el asunto desde todos los ángulos: preocupación por la salud, cuestionamientos sobre profesionalismo y hasta comparaciones con episodios pasados del cantante.
¿Y qué dice el propio Alejandro?
Hasta ahora, ni el intérprete ni su equipo médico han emitido postura oficial. Su gira, sin embargo, continúa sin modificaciones: su siguiente parada es el 29 de noviembre en San Luis Potosí.
Ese detalle ha alimentado dos narrativas:
—Para unos, si sigue cantando, es porque está bien.
—Para otros, el problema no es físico, sino de percepción pública.
La línea delgada entre el mito y la verdad
El episodio vuelve a encender la conversación sobre el desgaste de los artistas, la presión de las giras y la rapidez con la que los juicios se vuelven tendencia. Lo que para algunos fue un momento incómodo por cuestiones de salud, para otros refuerza la sombra de los “excesos” que desde hace años acompaña al cantante.
El tiempo —y quizá una declaración directa del propio Alejandro— definirá si este incidente queda como un malentendido… o como otro capítulo polémico en su historial.
















