El mundo del rock en español se encuentra de luto tras confirmarse la muerte de Sergio Cisneros, mejor conocido como “Kiskilla”, ex tecladista y acordeonista de Mägo de Oz. La noticia fue anunciada por la propia banda a través de sus redes sociales, en un mensaje lleno de emotividad y despedida.
“Nuestro querido amigo ha dejado de sufrir y por fin ahora está donde no existe el dolor. Estos días en Madrid no para de llover y es que hasta el cielo llora su pérdida. Ha sido un honor compartir contigo el camino de baldosas amarillas. Espéranos y ve organizando un último concierto para cuando lleguemos los demás”, escribió la agrupación.
Una vida entregada a la música
Sergio Cisneros fue una figura clave en la evolución del sonido de Mägo de Oz. Se unió a la banda en el año 2000, en un momento crucial para su consolidación, y aportó su talento en álbumes icónicos como “Finisterra” (2000), “Gaia” (2003) y “Gaia II: La Voz Dormida” (2005). Su habilidad con los teclados y el acordeón ayudó a definir la identidad del grupo, fusionando el rock con elementos sinfónicos y folk, lo que llevó a Mägo de Oz a la cima del éxito internacional.
Tras más de una década con la banda, en 2011 decidió emprender nuevos proyectos, pero su amor por la música nunca se apagó. Se unió al exvocalista de Mägo de Oz, José Andrëa, en su proyecto José Andrëa y Uróboros, donde continuó explorando nuevas facetas musicales y manteniendo vivo el espíritu del rock.
Un legado imborrable
A lo largo de su carrera, Kiskilla no solo se destacó por su virtuosismo como instrumentista, sino también por su carisma y humildad. Su estilo único y su versatilidad lo convirtieron en una pieza fundamental dentro de la escena del rock en español, colaborando en diversos proyectos y dejando una huella imborrable en cada uno de ellos.
Su partida deja un gran vacío en la música, pero su legado seguirá vivo en cada acorde, en cada canción y en el recuerdo de quienes lo conocieron y disfrutaron de su talento.
