Gerardo Ortiz admite haber dado conciertos para un promotor ligado al narco y testificará en juicio en EE.UU.

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El escándalo ha estallado en la industria musical luego de que el cantante de corridos Gerardo Ortiz se declarara culpable de conspiración por hacer negocios con un promotor mexicano señalado por sus vínculos con el narcotráfico. Esta revelación, dada a conocer por la Fiscalía de Estados Unidos, sacudió el inicio del juicio contra Ángel Del Villar, director ejecutivo de Del Records, uno de los sellos más influyentes de la música regional mexicana en Estados Unidos.

Según la acusación, Ortiz continuó dando presentaciones a pesar de haber sido advertido en 2018 por agentes del FBI de que el promotor Jesús ‘Chucho’ Pérez Alvea estaba designado como narcotraficante bajo la Ley Kingpin, una normativa que prohíbe cualquier tipo de negocio con individuos vinculados al crimen organizado. Aunque en un principio el cantante contempló dejar de trabajar con Pérez, habría sido Del Villar quien lo convenció de seguir adelante. Como resultado, Ortiz realizó al menos 19 conciertos más bajo la promoción de Pérez, quien presuntamente lavaba dinero para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El fiscal federal adjunto, Alexander Schwab, aseguró en la corte de Los Ángeles que Ortiz no solo aceptó su culpabilidad, sino que ahora será testigo en el juicio contra Del Villar. “Ortiz les contará sobre su reunión con el FBI, donde le dijeron que no podía seguir actuando en los conciertos organizados por Jesús Pérez. También testificará que fue Del Villar quien le ordenó ignorar la advertencia y seguir adelante”, declaró Schwab ante el jurado.

La relación entre Del Records y el promotor señalado no fue pasajera. Documentos judiciales detallan que en abril de 2018, un artista de la disquera (que ahora se sabe era Ortiz) viajó en un avión privado pagado con la tarjeta de crédito de Del Villar para presentarse en un concierto en Aguascalientes, México. En los años siguientes, Ortiz también actuó en eventos organizados por Pérez en Baja California, Guanajuato y Chiapas, todos bajo la supervisión o conocimiento de Del Villar y su director financiero, Luca Scalisi.

El caso ha generado una fuerte controversia en la industria musical, especialmente en el género de los corridos, donde las relaciones con figuras ligadas al crimen organizado han sido tema de debate por años. Ahora, con Gerardo Ortiz en calidad de testigo y el juicio en marcha, la pregunta es: ¿qué otras revelaciones sacudirán al mundo de la música en los próximos días?