Se acabó el “felices para siempre” para Alicia Villarreal y Cruz Martínez. Después de más de dos décadas de matrimonio, la intérprete decidió bajar el telón de su historia con el productor de Kumbia Kings, y no precisamente entre aplausos. El final llega con un ingrediente extra de escándalo: una denuncia por presunta violencia que destapó todo lo que se cocinaba tras bambalinas.
El 16 de febrero, en pleno concierto en Zitácuaro, Michoacán, Alicia envió una discreta —pero contundente— señal de auxilio. Un gesto reconocido a nivel internacional como alerta en casos de violencia doméstica. Minutos después, el rumor se transformó en noticia: la cantante había denunciado a su esposo por una supuesta agresión física ocurrida apenas horas antes de subir al escenario.

En entrevista con Ventaneando, Villarreal reveló que el pasado 6 de agosto estampó su firma en el acta de divorcio, cerrando un proceso que empezó en 2023, incluso antes de la denuncia. El trámite fue un laberinto legal, ya que la boda se realizó en Estados Unidos y la separación se llevó a cabo en México. “Era un ciclo que se tenía que cerrar… necesitaba mi libertad”, confesó con la voz de quien ha ganado una batalla personal.

Alicia y Cruz comenzaron su romance en 2001 y se casaron en 2003 en Monterrey. La pareja tuvo dos hijos, Cruz Ángelo y Félix, y durante años vendieron la imagen de un matrimonio blindado contra chismes. Pero en 2024, las redes sociales estallaron con imágenes que apuntaban a una infidelidad de Martínez, confirmada por la propia Alicia, lo que marcó el inicio del fin.
Lo que un día fue una de las uniones más admiradas en el regional mexicano terminó convertido en un caso de portada, con tintes de traición y violencia. Hoy, Alicia Villarreal se declara oficialmente libre… y lista para escribir un capítulo en el que ella, y solo ella, sea la protagonista.
