¡Ana Bárbara desata locura y la Sonora Santanera revive a los grandes en una noche explosiva en la Feria de San Marcos!

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Una noche para la historia se vivió en el Foro de las Estrellas Mazda durante la Feria Nacional de San Marcos, cuando dos titanes del espectáculo mexicano, Ana Bárbara y la Sonora Santanera, ofrecieron un concierto doble que hizo vibrar el alma, mover los pies y hasta soltar alguna que otra lágrima nostálgica.

Puntualísima y poderosa, Ana Bárbara salió al escenario a las 8:00 de la noche luciendo un vestuario de impacto y una energía que encendió al público desde el primer acorde. “Loca”, “Qué poca” y “La Trampa” fueron el arranque perfecto para poner a todos a cantar, gritar y bailar como si no hubiera un mañana. La “Reina Grupera” no decepcionó: carisma, entrega y una voz que no perdona ni una nota.

El momento más emotivo llegó cuando interpretó “Cómo me haces falta”, acompañada por imágenes en pantalla de íconos fallecidos como Juan Gabriel, Vicente Fernández, Jenni Rivera y Carmen Salinas. Pero eso no fue todo: el clímax llegó cuando cantó “Rata de dos patas” a dueto virtual con Paquita la del Barrio. Un homenaje poderoso, sentido y con toque de rebeldía, como solo Ana Bárbara sabe hacerlo.

El mariachi no podía faltar, y con “La pelea de gallos” encendió aún más el ánimo del respetable. Cerró con broche de oro al interpretar sus clásicos “Lo busqué” y “Bandido”, y agradeció emocionada el poder cumplir su sueño de presentarse en el teatro del pueblo de la feria más grande de México.

Y si pensaban que la fiesta terminaba ahí… ¡error! La segunda parte de la noche fue una explosión de nostalgia y sabor con la Única Internacional Sonora Santanera, quienes tomaron el escenario para hacer lo que mejor saben: poner a todos a bailar y a enamorarse otra vez.

“Es la boa” fue el arranque de su repertorio, levantando a todos de sus asientos. Luego vinieron joyas como “Perfume de gardenias”, “Pedacito de mi vida” y “La cumbia de los luchadores”, que arrancó ovaciones entre el público, especialmente los fans de hueso colorado del pancracio mexicano.

El público no quería que se acabara, pero todo lo bueno termina. Cerca de la medianoche, “La vida es un carnaval” fue el himno final de una noche que combinó lo mejor de la música mexicana con el alma de una feria que, a lo largo de 197 ediciones, ha sabido crear momentos mágicos.

Un evento que quedará grabado en la memoria colectiva de los asistentes, y que demuestra que cuando se juntan dos grandes en un mismo escenario, el resultado solo puede ser uno: pura leyenda.