Marco Antonio Muñiz no necesitó más que su presencia para robarse la noche durante el homenaje que le prepararon grandes figuras del espectáculo. Y es que cuando una leyenda camina entre nosotros, lo único que queda es aplaudir de pie… y eso fue justo lo que pasó.
La velada, organizada por su hijo Jorge “El Coque” Muñiz, fue una auténtica constelación de talento: Francisco Céspedes, Carlos Cuevas, Pedro Fernández, Tania Libertad, Ednita Nazario, Gilberto Santa Rosa, Emmanuel y Mijares, se subieron al escenario no solo a cantar, sino a rendir tributo con anécdotas, carcajadas y mucho corazón al hombre que marcó generaciones con su voz.

El momento más impactante —y con alto potencial para hacer llorar hasta al más rudo— fue cuando Marco Antonio Muñiz subió al escenario mientras todos los artistas entonaban “Por amor”, una de sus joyas musicales más recordadas. Con los ojos brillosos y la voz entrecortada, agradeció al público con humildad y emoción:
“Gracias, público hermoso. Les doy todas las gracias del mundo, muchísimas gracias por estar con nosotros. Hasta pronto y buenas noches”, dijo conmovido El Lujo de México.

Y si la emoción ya estaba a tope, la cereza en el pastel fue la reaparición triunfal de Verónica Castro, quien fungió como la conductora del evento y fue recibida con ovaciones que dejaron claro que sigue siendo la reina del escenario. “Bienvenidos a esta fiesta… gracias por tantos años de un señor hermoso”, dijo la actriz, mientras los aplausos llovían sobre ella.
La noche arrancó con un popurrí lleno de nostalgia, interpretado por Axel, Toño y Rodolfo Muñiz, quienes pusieron a todos a suspirar con “Historia de un amor”, “Sabor a mí” y “Mujer”.
Entre lágrimas, carcajadas, canciones y abrazos, el homenaje se convirtió en una verdadera celebración de vida y legado. Porque si algo quedó claro es que Marco Antonio Muñiz no solo sigue presente en la música… también sigue latiendo fuerte en los corazones de México.
Al final, y tras el huracán de emociones, el cantante salió del evento agradecido y con buen ánimo. “Ahí vamos”, dijo sonriente cuando le preguntaron por su estado de salud. Y sí, ahí va… como los grandes: con paso firme, aplausos infinitos y un legado que nunca se apaga.
