Justin Timberlake decidió abrir el corazón y soltar la bomba: lleva meses batallando con la enfermedad de Lyme, justo mientras estaba en plena recta final de su ambiciosa gira Forget Tomorrow World Tour. El cantante de 44 años sorprendió a millones al contar, vía Instagram, que ese bajo rendimiento que tantos le criticaron no era por falta de ganas, sino porque su cuerpo estaba lidiando con dolor nervioso y una fatiga tan brutal que muchas noches apenas podía mantenerse en pie.
“No lo cuento para que me tengan lástima, sino para que se entienda por lo que estaba pasando tras bambalinas”, explicó Timberlake, quien durante dos años se mantuvo de pie entre conciertos, cancelaciones y rumores sobre su “poca energía” sobre el escenario. Lo que pocos sabían es que además de la enfermedad de Lyme, sumó bronquitis, laringitis, un esguince en el tobillo y hasta problemas de espalda.

La enfermedad, provocada por la picadura de una garrapata infectada, puede parecer inofensiva al inicio, pero se convierte en una pesadilla cuando avanza: fiebre, dolores articulares, parálisis facial, confusión mental y daños en los nervios… justo lo que Justin describe que soportó noche tras noche para no defraudar a quienes pagaron por verlo en vivo.
Aunque durante años prefirió mantener sus achaques en privado, ahora Timberlake dice que su meta es abrir la conversación y conectar con quienes pasan por algo similar. “Quiero ser honesto sobre mis batallas, tal vez sirva para derribar malentendidos”, expresó.
A pesar de todo, el ícono pop cerró su gira con la frente en alto y dejando claro que, aunque la fama exige perfección, detrás del escenario hay un ser humano que también sangra… y se cansa.

