¡Se hartó! La popular streamer e influencer Alana Flores no se quedó callada y reventó en redes sociales tras la difusión de una foto íntima falsa que, asegura, fue creada con inteligencia artificial. Lejos de dejarlo pasar, ya tiene al responsable identificado y prepara una demanda.
Todo estalló cuando comenzó a circular una imagen en la que supuestamente aparecía desnuda. Pero en lugar de agachar la cabeza, Alana lo dejó claro: “No es real. Y sí voy a buscar demandar”, escribió contundente en su cuenta de X (antes Twitter).
Señaló al culpable… y desapareció
La streamer no solo desmintió la autenticidad de la imagen —que califica como un deepfake—, sino que fue más allá: acusó directamente a un usuario identificado como @chainsant1 como el autor y difusor del contenido manipulado. Aunque la cuenta fue eliminada poco después, ella asegura tener todas las pruebas necesarias para proceder legalmente.
“Para los que dicen que si voy a demandar a una IA, tengo a la persona que lo inició. Aunque haya borrado su cuenta, sé que fue él”, escribió sin titubeos.
También alteraron un video suyo
Pero la cosa no paró ahí. Poco después, Alana denunció la manipulación de un video de una entrevista que ofreció al comediante La Mole. En la grabación se le escucha hablar sobre el origen de su cuerpo, mencionando cosas que, según ella, jamás dijo.
“Este video TAMBIÉN es IA. Yo nunca dije eso. No tomaba creatina, y la entrevista completa está en el canal de La Mole. Sigan cuestionándose qué tan lejos puede llegar la gente con la IA solo para dañar o beneficiarse”, escribió.
¿Qué son los deepfakes y por qué es grave?
Los deepfakes son imágenes, videos o audios falsos generados por inteligencia artificial que pueden parecer completamente reales. Y aunque tienen usos positivos en la tecnología, también se han convertido en armas digitales para el acoso, la difamación y la suplantación de identidad.
En el caso de Alana, los efectos no son menores: su imagen fue utilizada sin consentimiento, se manipuló un video para poner palabras en su boca, y se le expuso públicamente sin justificación más allá del morbo de internet.
¿Y la ley qué dice?
Aunque la legislación mexicana aún no va al ritmo de la tecnología, ya existen mecanismos para denunciar la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento y los actos de ciberacoso. Alana parece dispuesta a llevar su caso hasta las últimas consecuencias, y eso podría marcar un precedente importante.
