El escándalo explotó la noche del sábado en el palenque de la Feria Nacional de San Marcos: a Natanael Cano le apagaron el micrófono en pleno show. Así, sin aviso, sin cortesía, sin anestesia. Justo cuando comenzaba a entonar uno de sus polémicos corridos, el sonido desapareció misteriosamente. El público, atónito. El cantante, confundido. Y el show, abruptamente terminado.
La escena quedó grabada en video por varios asistentes y ya circula con furia en redes sociales. En las imágenes se ve cómo Cano intenta continuar, pero su voz simplemente no se escucha. Lo que prometía ser una noche explosiva para sus fans, terminó en silencio incómodo y una salida anticipada del escenario.
¿Fue una falla técnica o una censura descarada? Aunque no hay un pronunciamiento oficial de los organizadores, todo apunta a que el apagón fue intencional. El motivo: el repertorio. Y es que el cantante inició con temas del género más vetado en varias partes del país: los corridos bélicos.
Aunque en Aguascalientes no existe una prohibición legal explícita contra estos temas, los organizadores de eventos suelen aplicar “lineamientos internos” para evitar problemas con las autoridades. Y en este caso, todo indica que Natanael cruzó la línea que no debía cruzar.
La censura de los corridos se ha vuelto tendencia en estados como Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas y Baja California, donde incluso se han aprobado leyes que sancionan conciertos que incluyan letras que hagan apología del crimen organizado. Las autoridades justifican estas medidas como una forma de frenar la violencia y la cultura narco, pero los fans y artistas lo ven como un atentado a la libertad artística.
Hasta ahora, Natanael Cano no ha hecho declaraciones al respecto, pero sus seguidores han encendido las redes con mensajes de apoyo y denuncias de censura. Algunos incluso han criticado que se le contrate sabiendo el tipo de música que interpreta, para luego “callarlo” en pleno escenario.
Lo que es un hecho es que el apagón de Natanael ya se volvió viral. Y si alguien pensó que callarlo sería el fin del asunto, parece que fue justo lo contrario: el escándalo apenas empieza.
