El mundo de los corridos bélicos volvió a encender las alarmas.
Luis R. Conríquez, una de las voces más sonadas —y polémicas— del género, fue citado este 15 de noviembre por la Fiscalía del Estado de Jalisco. El motivo: una investigación que podría convertirlo en el protagonista de un capítulo legal que nadie esperaba… o que algunos sí veían venir.
La autoridad abrió una carpeta para determinar si el artista incurrió en apología del delito durante una presentación en el Palenque de las Fiestas de Octubre, donde supuestamente interpretó un tema que exalta a figuras del crimen organizado. Y eso basta para activar el artículo 142 del Código Penal jalisciense.
¿Qué investiga la Fiscalía?
La Unidad Especializada en Delitos Varios revisa si la interpretación del cantante cruzó la línea entre expresión artística y promoción de actividades ilícitas.
Dicho artículo contempla penas de uno a seis meses de prisión, lo que convierte la cita en algo más que un simple “aclarar las cosas”.
Aunque Conríquez acudió puntualmente a la Fiscalía en Guadalajara, se reservó su declaración formal. Fuentes del caso aseguran que prefirió no entregar testimonio detallado ante el Ministerio Público.
La postura del cantante: “No canté corridos”
A su llegada, el intérprete lanzó una frase que ya circula por redes como meme en construcción:
“No, yo no canté corridos… vine a otra cosa”.
Además afirmó que no piensa cambiar su estilo musical, por más investigaciones, multas o polémicas que le quieran colgar encima.
El origen del problema
El detonante fue la noche del 1 de noviembre, cuando Conríquez subió como invitado al escenario del palenque. Según denuncias, interpretó un tema que supuestamente glorifica a ciertos personajes delictivos.
La Fiscalía quiere saber si la letra realmente incita a la violencia o simplemente forma parte de la narrativa común del género.
Conríquez: historial de broncas con la ley… y con su público
Esta no es la primera vez que su nombre aparece junto a la palabra “sanción”.
En 2024, recibió una multa de 6500 UMAS (unos 700 mil pesos) por cantar corridos bélicos donde no debía.
En 2025, en la Feria del Caballo en Texcoco, la situación se salió de control cuando se negó a interpretar su repertorio bélico. El público enloqueció, hubo disturbios y él aseguró que tenía prohibido cantar esos temas por acuerdo con las autoridades.
También ha admitido que enfrenta restricciones similares en varios estados, incluyendo —sí— Jalisco.
El contexto: la guerra contra los corridos bélicos
Mientras el género domina plataformas, bailes y tendencias, los gobiernos estatales lo ponen bajo una lupa cada vez más estricta.
La discusión pública sigue: ¿arte que retrata una realidad social? ¿O propaganda que glorifica la violencia?
El caso de Conríquez se suma a esta tensión nacional.
¿Qué podría pasar?
Si la Fiscalía determina que sí hubo apología del delito, el cantante podría enfrentar de nuevo sanciones y hasta medio año en prisión.
Más allá de eso, su caso podría marcar un precedente para otros intérpretes del género que ya sienten la presión sobre lo que cantan, dónde lo cantan… y a quién le cantan.
Una cosa es clara: los corridos bélicos están en su punto más caliente, y ahora es un juez —no el público— quien tendrá la última palabra sobre Conríquez.















