Shakira arrancó con fuerza su serie de conciertos en la Ciudad de México, pero no sin antes enfrentar una polémica por el retraso de su primer show en el Estadio GNP. La cantante colombiana salió al paso de las críticas y explicó la razón detrás del inesperado retraso de una hora, asegurando que todo fue producto de una confusión en la información que le proporcionaron sobre el horario de inicio.
Un error de comunicación desató el retraso
La intérprete de “Hips Don’t Lie” compartió con sus seguidores que, días antes del concierto, su equipo recibió una información errónea sobre la hora de inicio del espectáculo. Según explicó, le indicaron que el show arrancaría a las 9:30 p.m., por lo que aprovechó el tiempo extra para ensayar y preparar algunas sorpresas para su público.
Sin embargo, fue hasta el mismo día del evento cuando descubrió que la hora oficial en los boletos era a las 8:30 p.m., lo que la tomó completamente por sorpresa. “Cuando lo supe, ¡casi me da algo! Se pueden imaginar mi reacción”, confesó la cantante.
Shakira promete evitar más retrasos
Tras este incidente, la colombiana aseguró que tomará medidas para evitar que algo similar vuelva a ocurrir. “Para los siguientes shows me cercioraré personalmente de la hora anunciada y esperaré hasta que todos los asistentes hayan entrado”, declaró.
Además, destacó que una de sus principales preocupaciones es la seguridad de sus fans, especialmente de aquellos que dependen del transporte público para regresar a casa. “Es muy importante para mí que quienes usan transporte público puedan regresar bien a sus hogares”, enfatizó.
Los fans reaccionan al retraso
A pesar de la confusión, el público mexicano disfrutó del espectáculo de Shakira, quien se entregó completamente en el escenario. Aunque algunos asistentes expresaron su molestia por la espera, muchos otros agradecieron que la artista diera la cara y explicara la situación con transparencia.
Ahora, con este compromiso público, la cantante se prepara para sus próximas presentaciones en la capital mexicana, asegurando que el reloj no volverá a jugarle una mala pasada.
