En La Granja VIP no solo hay animales y desafíos campestres, también hay viejos fantasmas que regresan a cobrar factura. Y esta vez, fue Lolita Cortés quien destapó una bomba de tiempo: confesó que no habría aceptado entrar al reality si Jolette también formaba parte del elenco.
La revelación surgió casi sin querer, durante una plática entre Lolita, César Doroteo, Kim Shantal y Fabiola Campomanes, donde se mencionó la posibilidad de un reencuentro con la polémica exacadémica. Cuando Doroteo soltó el comentario de que Lolita había puesto esa condición, ella lo confirmó sin rodeos: “Sí”. Una sola palabra bastó para encender el rancho.
La tensión no es nueva. La rivalidad entre Jolette y Lolita Cortés nació en La Academia 2005, cuando la entonces jueza se convirtió en su más feroz crítica. Aquellos enfrentamientos en vivo —donde Lolita incluso pidió al público que dejara de votar por ella— quedaron marcados como algunos de los momentos más tensos (y deliciosamente televisivos) de la historia del reality.
Pero Jolette, lejos de doblarse, se volvió un fenómeno. Su rebeldía, su estilo imposible de ignorar y su eterna resistencia a las críticas la transformaron en ícono pop involuntario y en la pesadilla televisiva de más de un juez.
Ahora, casi dos décadas después, el simple nombre de Jolette sigue teniendo el poder de agitar egos y recuerdos. La confesión de Lolita reavivó en redes la pregunta que muchos se hacen desde entonces: ¿es rivalidad artística o rencor eterno?
Lo que está claro es que, mientras La Granja VIP busca generar convivencia y trabajo en equipo, Lolita Cortés sigue dejando claro que hay límites que ni la televisión ni los años pueden borrar. Y si alguien pensaba que ya había perdonado… se equivocó de reality.
















