La sonrisa y el humor que siempre caracterizaron a Yolanda Andrade hoy esconden una historia de dolor, lucha y fe. La conductora mexicana reapareció en televisión después de una larga ausencia para hablar, con total honestidad, sobre la batalla más difícil de su vida: vivir atrapada en un cuerpo que ya no responde como antes.
Durante una emotiva emisión del programa Montse & Joe —junto a su inseparable Montserrat Oliver, además de Lucía Méndez y Pepillo Origel—, Yolanda abrió su corazón y habló sin reservas sobre las dos enfermedades degenerativas que padece, además de la profunda depresión que la ha acompañado durante este proceso.
“Cuando me escucho, siento que no soy yo. Veo videos antiguos y me da sentimiento… es como si fuera otra persona, pero soy yo, atrapada en otro cuerpo”, confesó con lágrimas en los ojos.
A sus 53 años, la presentadora describió cómo la fatiga, la pérdida de movilidad y el cansancio extremo se han vuelto parte de su día a día. Su mente sigue alerta y brillante, pero su cuerpo —dice— a veces parece desconectado de ella. “Mi energía se apaga de golpe, como si alguien bajara un interruptor”, explicó.

Más allá del dolor físico, la depresión ha sido otro enemigo silencioso. “Es una depresión absoluta… no puedes hacer mucho, no te reconoces”, reveló Andrade, dejando claro que el sufrimiento emocional puede ser tan devastador como el físico.
Aun así, la conductora ha encontrado alivio al compartir experiencias con otras personas que enfrentan padecimientos similares. Esa red de apoyo —dice— le ha dado fuerza, compañía y sentido de propósito. También lanzó un llamado de empatía:
“Tengan paciencia con sus familiares enfermos. A veces uno se fastidia, se pone grosero, ya no quiere nada… solo quieres que se haga de noche para que amanezca, pero da igual, porque sigues inmóvil”.
Pese a todo, Yolanda no ha perdido la fe, uno de los pilares que la mantienen firme. Agradeció las oraciones y mensajes de cariño que ha recibido del público: “Yo tengo mucha fe. Agradezco a toda la gente que ora por mí, eso es algo mágico”.
El regreso de Andrade a la televisión no solo marcó su reencuentro con la audiencia, sino que también visibilizó las enfermedades degenerativas y la salud mental, temas que rara vez encuentran espacio en los medios. Su historia ha conmovido a miles de personas, recordando que, aunque el cuerpo se debilite, la fuerza del espíritu puede seguir brillando incluso en la oscuridad.
Con cada palabra, Yolanda demuestra que sigue siendo esa mujer valiente, directa y llena de luz que conquistó la televisión mexicana, pero ahora desde un lugar más humano, vulnerable y profundamente inspirador.















