La llegada de Susana Zabaleta al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México terminó en un auténtico campo de batalla mediático. Lo que debía ser un regreso tranquilo después de un viaje de trabajo a Guadalajara se convirtió en un choque frontal con un grupo de reporteros que, en vez de cuestionarla, la recibieron con gritos de “¡Prensa digna!” y una lluvia de abucheos que encendió las redes.
Lejos de quedarse callada, la intérprete de 60 años levantó el puño en señal de apoyo al reclamo… y ahí ardió Troya. Los abucheos se hicieron más fuertes, y Zabaleta, con la mirada fija en las cámaras, disparó: “Esto es misoginia. Aquí y en cualquier parte del mundo se llama misoginia.”
El origen del pleito: La Cotorrisa
El malestar de los reporteros no surgió de la nada. Todo se remonta a un sketch de Ricardo Pérez y José Luis Slobotzky, conductores de La Cotorrisa, quienes hace unos días parodiaron a la prensa de espectáculos, provocando la indignación del gremio. El detalle: Zabaleta no tuvo nada que ver con la comedia, pero aun así terminó en el ojo del huracán solo por ser pareja de Pérez.
La actriz fue tajante: “Yo no tengo la culpa de las vistas que tiene La Cotorrisa. Si tienen algo que decir, díganselo a Ricardo”. Su respuesta dividió opiniones en redes, donde usuarios la defendieron mientras otros exigieron una disculpa del programa.
Ricardo Pérez entra al ring
Lejos de quedarse de brazos cruzados, el comediante no tardó en reaccionar. Horas después del incidente, subió a Instagram mensajes de respaldo absoluto a su novia, calificando el abucheo como “injustificado” y recordando que las críticas al programa deberían dirigirse a él y a su equipo creativo, no a Zabaleta.

Entre el escándalo y los aplausos
El momento se viralizó al instante. Videos del aeropuerto muestran a Zabaleta intentando esquivar preguntas antes de ser rodeada por los reporteros inconformes. Incluso se habla de un pequeño tropiezo que provocó que Pérez interviniera, visiblemente molesto, para protegerla.
A pesar del ruido, la actriz no detiene su agenda: conciertos, presentaciones y proyectos en teatro y televisión siguen en pie. Mientras tanto, la discusión en redes continúa: ¿fue un acto de protesta válido o un episodio de misoginia disfrazado de reclamo?
Lo cierto es que, entre gritos de “prensa digna”, abucheos y declaraciones incendiarias, Susana Zabaleta convirtió una simple llegada al aeropuerto en el chisme más explosivo de la semana.
