¡Lo insólito sucedió! El mismísimo Tim Burton, maestro de lo oscuro y lo excéntrico, cambió los escenarios lúgubres de sus películas por los paisajes místicos de Tepoztlán, Morelos. Sí, el creador de Beetlejuice y El Extraño Mundo de Jack fue captado recorriendo este enigmático rincón mexicano, famoso por su energía sobrenatural, su pirámide azteca en la cima de un cerro y por ser el supuesto lugar donde nació… ¡Quetzalcóatl!
Burton llegó a México para presentar su exposición El Laberinto, una experiencia inmersiva que te lleva por los pasillos retorcidos de su mente creativa, poblada por personajes extraños y mundos salidos de una pesadilla ilustrada. Pero entre promocionales y alfombras negras, el cineasta decidió escaparse a uno de los pueblos mágicos más cargados de simbolismo, historia y rarezas del país.
¿Qué vio Tim Burton en Tepoztlán?
Probablemente lo que muchos buscan: respuestas cósmicas, silencio sagrado o simplemente el aire fresco del Tepozteco. El director se internó en el corazón de un lugar que parece sacado de uno de sus guiones: Tepoztlán, una localidad abrazada por montañas con forma de criaturas míticas, aromas de copal en cada esquina, chamanes ofreciendo limpias, y una pirámide que corona un cerro con energía ancestral. ¿Coincidencia? ¡No lo creemos!
La joya más preciada del lugar es, sin duda, el Cerro del Tepozteco, donde se encuentra una antigua pirámide azteca construida entre los años 1150 y 1350. Este templo, dedicado al dios Ometochtli-Tepoztécatl (deidad del pulque y la fertilidad), es un lugar de culto desde hace siglos, y llegar a él implica una caminata exigente que recompensa con una de las vistas más épicas del Valle de Tepoztlán.

Un lugar que parece salido del universo Burton
Es fácil imaginar a Tim Burton dibujando nuevas criaturas tras respirar el aire cargado de historia y leyenda del lugar. Tepoztlán es famoso no solo por su herencia prehispánica, sino también por su halo de misticismo moderno: curanderos, temazcales, retiros espirituales, mercados esotéricos y una fuerte presencia de turismo holístico. No por nada el mismísimo Dalai Lama lo declaró “zona de paz”.
El lado B del pueblo mágico
El ex convento de la Natividad, construido en el siglo XVI, guarda en su interior un museo que cuenta la historia local y religiosa del sitio. Y para los amantes del arte prehispánico, está el Museo Carlos Pellicer, que expone piezas arqueológicas dignas de un guion de Sleepy Hollow.
Si Burton se animó a probar la gastronomía local, seguramente se llevó el corazón lleno (y la panza también): pozole tepozteco, itacates, tacos de cecina y el infaltable pulque, bebida sagrada que quizá lo inspiró más que cualquier café oscuro.

¿Tim Burton ya fue tocado por la energía de Tepoztlán?
Nadie lo puede confirmar… pero todo apunta a que sí. Tepoztlán no es cualquier destino turístico, es un lugar que te atrapa, te transforma y te saca versiones de ti que ni sabías que existían. Y si alguien como Burton lo eligió para su escapada mística, algo tiene este pueblo que vibra entre lo real y lo fantástico.
Así que ya lo sabes: si quieres caminar por los mismos senderos que pisó el padre de Corpse Bride o tocar la misma piedra energética que pudo haberlo inspirado para su próxima película, pon rumbo a Tepoztlán.
¿Spoiler del multiverso de Burton? No lo sabemos. Pero sí sabemos que el Tepozteco ya tiene un nuevo fan… y es de otro mundo.
