Quien pensó que los soldados solo sabían marchar, no ha vivido lo suficiente. La Feria Nacional de San Marcos fue testigo de un evento que rompió esquemas y oídos: el Mariachi de la Guardia Nacional y la Orquesta Sinfónica Militar unieron talentos para ofrecer un espectáculo de música de alto nivel que dejó a más de uno con la piel chinita.
En un ambiente lleno de solemnidad pero también de emoción, los músicos —todos pertenecientes a cuerpos de defensa del país— demostraron que el talento artístico también puede portar uniforme y disciplina. Desde piezas clásicas hasta arreglos mexicanos con sabor a patria, los presentes vivieron un repertorio versátil, elegante y sorpresivamente emotivo.
Fue más que un concierto: fue una muestra de que el arte también se defiende con orgullo y se honra con entrega. Aplausos de pie, ovaciones y hasta alguna que otra lagrimita se vieron entre los asistentes que no esperaban tanta potencia musical de parte de las fuerzas armadas.