Han pasado más de 16 años desde que el mundo perdió al inigualable Michael Jackson, pero su nombre —y su fortuna— siguen dando material para más secuelas que “This Is It”.
Esta vez, el drama no viene de los escenarios ni de los tabloides, sino del mismísimo testamento del Rey del Pop, donde su hija Paris Jackson decidió plantarse ante quienes manejan el multimillonario legado de su padre.
Según documentos recientes, Paris —de 27 años— habría recibido alrededor de 65 millones de dólares del patrimonio de Michael. Sin embargo, la millonaria cifra no ha sido sinónimo de paz familiar: la actriz y modelo ha iniciado una batalla legal contra los administradores de la herencia, John Branca y John McClain, acusándolos de “manejos turbios” y gastos difíciles de justificar.
La demanda, presentada en julio, alega que los ejecutores realizaron pagos premium y bonificaciones sin autorización, incluyendo más de 625 mil dólares en servicios legales que, según el equipo de Paris, “nadie pidió ni aprobó”. En tono irónico, sus abogados compararon a los encargados del patrimonio con el Mago de Oz, asegurando que “manejan los fondos detrás de una cortina de humo” que exige del tribunal una fe ciega.
Branca y McClain, por su parte, no se quedaron callados. En una respuesta legal presentada el 9 de octubre, defendieron su trabajo y aseguraron que gracias a su gestión, los tres hijos del cantante —Prince, Paris y Bigi— pudieron ver un centavo de la herencia, pues al momento de su muerte en 2009, el patrimonio de Jackson estaba al borde de la quiebra.
Aun así, el caso promete extenderse y sacar más trapitos financieros al sol. Mientras tanto, Paris Jackson continúa con su carrera musical y actoral, intentando mantener el equilibrio entre la fama heredada y el peso de un apellido que sigue siendo sinónimo de gloria, misterio… y pleitos multimillonarios.
